sábado, 14 de noviembre de 2009

¿De qué tienen que perdonarnos?



El subcomandante Marcos, el 18 de enero de 1994, brindaba una respuesta a un comunicado que dio Carlos Salinas de Gortari el 16 de enero. Salinas literalmente decía que se les perdonaba a todos los que participaron en actos de violencia contra diferentes municipios del estado de Chiapas. Marcos astutamente y valiéndose de la palabra como su mejor defensa respondió sarcásticamente “¿De qué tenemos que pedir perdón? ¿De qué nos van a perdonar? ¿De no morirnos de hambre? ¿De no callarnos en nuestra miseria? ¿De no haber aceptado humildemente la gigantesca carga histórica de desprecio y abandono? ¿De habernos levantado en armas cuando encontramos todos los otros caminos cerrados?.... “.

En seguida el subcomandante Marcos cuestiona “¿quien tiene que pedir perdón y quien puedo otorgarlo?”. Exacto, esa es la cuestión fundamental, ¿el pueblo tiene que pedirle perdón a nuestros malos gobernantes por exigir algo que por derecho le corresponde, por desear un mejor nivel de vivencia, por cuestionar la mala distribución de la riqueza que hay, por ya estar hartos de las injusticias?, ¿Por qué tendría que pedirle perdón?. Y si fuera al contrario, si los gobernantes pidieran perdón al pueblo, ¿ellos serian capaces de perdonarlos?, tal vez algunos sí, aquellos que corrieron con una mejor suerte, pero los menos afortunados lo harían difícilmente, les sería muy difícil olvidar los atropellos y los abusos que sufrieron, tal vez no podrían conciliarse con el que durante tiempo fue se mayor enemigo y que los perjudico tanto.

Lo que más nos afecta a nosotros como pueblo es la indiferencia con la que tratamos estos temas, es que ante estas problemáticas lo único que nos queda es callar, es conformarnos, asumir que el problema es entre ellos y solo entre ellos.

Cabe mencionar y subrayar el talento que tuvo Salinas al querer trasladar la culpa de aquellos hechos a los integrantes del EZLN, y no solo eso, sino también al mostrarse frente al pueblo de México que era un presidente bueno y bondadoso, en verdad que la manipulación del pueblo por medio de la mentira era la mejor arma que aquel expresidente de México tuviese.

Juan Capultitla

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